El deporte de motor desarrollado globalmente ha identificado marcas automotrices capaces de modificar las preferencias de los consumidores. Año tras año, diferentes marcas automotrices participan en competiciones automovilísticas para determinar la capacidad de respuesta de sus vehículos.
Este nivel competitivo más allá de lograr un podio buscaría identificar las marcas de vehículos capaces de poner a prueba lo mejor de la técnica. En estos eventos, los motores son expuestos a máximas temperaturas, exigiéndoseles alcanzar velocidades tope y revoluciones en la zona peligrosa.
En estas condiciones es posible verificar cómo evolucionan los sistemas de enfriamiento, su capacidad de preservar, refrigerando o rompiendo motores. Con la suspensión se verifica la reacción en curvas a altas velocidades y se comprueban los niveles de estabilidad. Los frenos, ayudan a medir la respuesta frente a determinada aceleración, desaceleración y cambios de velocidad en fracciones de tiempo.
Al modificarse la temperatura el sistema de seguridad para frenar con neumáticos deslizándose en pistas excesivamente calientes, frías, comprueba durabilidad. Exigidos estos vehículos, las marcas automotrices, pueden también determinar el ciclo de vida de la amortiguación.
Tecnologías de las marcas automotrices
Competitivamente, las marcas automotrices han logrado definir el potencial vehicular al usar la tracción en curvas a altas velocidades. Gracias a reducir el peso de las carrocerías usando fibra de carbono se ha mejorado la respuesta en la aceleración.
Tecnología que se ha sumado minimizando consumos en combustible que relacionan a la vez mejoras en los sistemas de inyección. En la industria, resulta relevante, el que las marcas automotrices hayan desarrollado transmisiones con mejor sincronización y marchas más cortas. Esta innovación junto a la comunicación de encendido y apagado automático ha mejorado la autonomía para conseguir más kilómetros por galón.
Estas pruebas realizadas continuamente con la máxima rigurosidad han actuado influenciando en los hábitos de consumo de exigentes usuarios. Al imponerse deportivamente algunas marcas automotrices habrían logrado sustituir a aquellas de menor trascendencia competitiva sobresaliendo comercialmente algunas.
Este marco deportivo y competitivo continuará llevando a las marcas automotrices a mejorar tecnológicamente. Lo único que quedaría pendiente en las marcas automotrices es avanzar para conseguir eficiencia medioambiental al 100% aún lejana.
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
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