La prueba de la realidad de los vehículos eléctricos de 2023
Todos tienen un plan hasta que les dan un puñetazo en la boca.
Ese aforismo, acuñado por el ex campeón de boxeo de peso pesado Mike Tyson, ahora se aplica al mundo de los vehículos eléctricos.
Hace apenas dos años, los ejecutivos de la antigua industria automotriz se jactaban de los miles de millones que planeaban gastar en oleadas de nuevos vehículos eléctricos y gigafábricas de baterías para vehículos eléctricos.
Ahora, los mismos ejecutivos se apresuran a asegurar a los inversores que están controlando los presupuestos desbocados de los vehículos eléctricos y que están comprometidos a devolver a los accionistas una mayor parte del efectivo generado por sus camionetas y SUV con motor de combustión.
Los desvíos de la estrategia de vehículos eléctricos, liderados por GM, Ford y Volkswagen, no significan el fin del abandono de los vehículos de combustión, coinciden ejecutivos y analistas de la industria. Los pronósticos varían, pero todos apuntan a aumentos significativos en las ventas y la producción de vehículos eléctricos a nivel mundial durante la próxima década, liderados por China.
Lo que ha cambiado son las expectativas sobre qué tan pronto los compradores de automóviles de ingresos medios adoptarán los vehículos eléctricos y qué tan rápido caerán los costos de las baterías de los vehículos eléctricos para permitir que los fabricantes de automóviles obtengan ganancias con los vehículos que se venden a precios que las familias promedio pueden pagar.
Las respuestas hasta el momento: todavía no y no lo suficientemente rápido.
¿Qué nos espera en 2024? Más disputas sobre los subsidios gubernamentales a los vehículos eléctricos. En Estados Unidos, habrá una pelea en un año electoral por la política de vehículos eléctricos.
Mientras tanto, los fabricantes de automóviles occidentales se apresurarán a reducir los costos de producción de vehículos eléctricos antes de que los fabricantes de automóviles chinos amplíen aún más su ventaja.
