Mercado Automotriz

GM toma una postura y luego llega a un acuerdo

La directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, no quiso firmar el mismo contrato con la UAW que acordaron Ford y Stellantis. Una razón: el contrato modelo podría aumentar los ya elevados costos de pensiones de GM.

 

Pero el lunes temprano, GM y el UAW llegaron a un acuerdo. Ninguna de las partes anunció detalles. GM no tuvo otra opción después de que el presidente de la UAW, Fain, ordenara una nueva huelga el sábado en el complejo de fabricación del fabricante de automóviles en Spring Hill, Tennessee. El cierre de la fábrica de motores de Spring Hill amenaza con reducir la producción de algunos de los modelos más vendidos de GM –incluidas las camionetas Silverado– en siete fábricas norteamericanas que aún no están en huelga.

 

El UAW sorprendió a GM en una jugada de presión.

 

El ex mayor fabricante de automóviles del mundo tiene 300.000 trabajadores jubilados o cónyuges supérstites en sus planes de pensiones, aproximadamente siete veces el número de trabajadores activos de UAW-GM.

 

Igualar el contrato de Ford podría significar cientos de millones de dólares al año en costos de pensiones adicionales, y eso sin contar el gasto para aumentar las contribuciones al 401(k) de los trabajadores actuales en aproximadamente un 50%.

 

Pero las huelgas del UAW en GM antes del sábado ya le estaban costando a la compañía 400 millones de dólares a la semana. Una huelga prolongada en Spring Hill –o huelgas en la planta de camionetas pesadas de Flint o en una planta de motores en Tonawanda, Nueva York- habría empujado el costo de funcionamiento de la resistencia más cerca del precio de llegar a un acuerdo según los términos del UAW.

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