Globalmente, Toyota ocupa el segundo lugar, posición privilegiada en la preferencia de consumidores y/o compradores por los vehículos que fabrica. Predilección que en Perú durante 50 años de presencia, la nipona Toyota mantiene demostrando superioridad competitiva como primera marca automotriz. Favoritismo que ocurre prácticamente en la totalidad de los vehículos con los que Toyota compite en el mercado peruano.
Toyota disputa el primer puesto con firmeza
Aunque ahora las cifras muestren caídas o estancamientos temporales en algunos de sus modelos, Toyota sigue liderando el mercado. Con aproximadamente cien marcas disputándose un espacio dentro de las preferencias del consumidor, Toyota sigue firme en el primer puesto.
Actualmente, más de 1700 versiones pugnarían por prevalecer en la elección de compradores ávidos de adquirir el soñado carro nuevo. Amplio abanico de productos, mejora en los ingresos, mayores créditos vehiculares, descuentos continuos configuran el nuevo escenario competitivo del sector.
Modelos participando con diferentes precios y presentaciones de similar producto para llegar a distintos segmentos se comercializan intensivamente. Sustitución de aceites minerales por sintéticos, garantías extendidas, incremento de concesionarios se sumarían a los cambios en el mercado automotriz.
Competencia de Toyota enfocada en arrebartarle el primer puesto
Marco competitivo que continuará con fuertes arremetidas de las empresas competidoras buscando destronar a Toyota del primer lugar. El predominio que Toyota mantiene por años para no transferirlo, cual antorcha intercambiable en competencias olímpicas dependerá de su enfoque futuro.
Mantener viva la llama similar al “mito del fuego olímpico” con consumidores a favor de Toyota requiere demostrar capacidad liderando. Hegemonía que Toyota debiera asumir para cambiar patrones de seguridad en vehículos que competirían privilegiando precios antes que calidad. Las marcas que le pisan los talones se habrían acercado, frenando o reduciendo su crecimiento justamente por sacrificar seguridad total.
Estética antes que calidad automotriz
Modelos que prevalecerían en la preferencia de los consumidores por estética obviando preservar la vida frente a accidentes. Vehículos que en pleno siglo XXI llevan frenos de tambores cuando ya debieran incluir no solo discos sólidos sino ventilados. Frenos de tambores que tecnológicamente datan de 1901, componentes altamente obsoletos dado el avance e innovación de la industria automotriz.
Cuando mundialmente se plantean vehículos con conducción autónoma esperando una orden para desplazarse, Perú todavía importaría vehículos tecnológicamente atrasados. Al 2017, se comercializan vehículos con dos apoya-cabezas en asientos posteriores cuando debieran ser tres.
Desprotección vehicular
Esta configuración que asumimos de bajísimo costo, indicaría el menosprecio de las marcas al desproteger a uno de los pasajeros. Considerando la escasa iluminación en muchas zonas peruanas, no incluir faros neblineros en vehículos compactos representaría inexperiencia en la configuración. Situación que conduciría a deteriorar la dirección o suspensión vehicular por ingresar a huecos no previstos y sin visualizar.
Accidentes, averías, deteriores que podrían anularse incluso si los neumáticos se configurasen con medidas, perfiles correctos y no solo estéticamente. Priman vehículos con pantallas de radio más grandes, entran en juego hasta la mayor cantidad de colores disponibles. Se consideran en los vehículos las carrocerías con acabados más atractivos, mientras que los de fabricación atrasada se venden promocionalmente. Las marcas no tomarían en cuenta que vendiendo vehículos de años anteriores al actual disminuye el valor de reventa futura.
Plantear seguridad automotriz nuevo desafío de Toyota
Este es el escenario dentro del cual Toyota compite con otras marcas que buscarían destronarla atacando sus modelos más vendidos. Mantenerse liderando el mercado implicaría para Toyota hacer que sus competidores la sigan planteando total seguridad en vehículos compactos.
Desafío empresarial que permitiría no opacar su brillo de medio siglo en suelo peruano. Actitud que será determinante para cambiar la cultura de seguridad automotriz en Perú. No hacerlo conduciría a Toyota a perder preferencia, lealtad, valor de reventa futura e irrespeto por el consumidor nacional.
Creemos que Toyota podría generar el ambiente de necesarios cambios para que Perú ingrese a la era de la calidad automotriz. Con las fortalezas competitivas adquiridas durante medio siglo: ¿Por qué Toyota no lidera el cambio de la seguridad automotriz en Perú?
Esperemos la automotriz lider en Perú nos lo haga saber
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
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