En Perú y en América Latina las marcas automotrices enfocadas en alcanzar objetivos de ventas regionales pareciera que compiten más que para entregar calidad, por alcanzar un sitial determinado. Este es el caso peruano en donde se buscaría ingresar a un grupo de 10 al que se le ha denominado “top ten”.
Lamentablemente, esta disputa que año tras año se ha tornado mucho más intensa, continúa privilegiando volúmenes vendedores dejando de lado configuraciones orientadas a conceder seguridad integral y mejor nivel tecnológico.
Desde mi óptica, es como si se hubiera tergiversado el significado de la palabra inglesa “top”, acepción que nos indica que algo se encuentra en la cima o en lo más alto, representando una posición de distinción, que en el caso del sector automotriz peruano espero, no haya ocurrido para favorecer a aquellas marcas que forman parte del actual grupo de élite.
Si esta tendencia se hace más obvia, en unos años más solo tendremos marcas liderando el mercado de vehículos livianos por haberse apoyado en mejores precios de llegada al mercado que seguirán compitiendo para ingresar, mantener o escalar a una mejor ubicación de este deslucido “top ten”.
Cambiar este escenario representa una gran responsabilidad no solo por el lado de las automotrices que cada año son más, sino por el ente que las aglutina y representa, de forma tal que a manera de una computadora realice un “reset” y de reinicio a una fase de respeto hacia todos los conductores y acompañantes que viajan en un vehículo para que sólo ingresen al grupo de las 10 primeras automotoras aquellas que entreguen el más alto estándar en fiabilidad asociada a nuevas tecnologías, mejores precios finales y supremacía en servicios post venta y puedan ostentar este preciado galardón por ser lo mejor de lo mejor.
¿Ustedes que opinan?
Los espero en el siguiente post
Juan Távara Balladares
¡¡Autoridad en usados!!