Comprar un carro usado puede resultar un gran dolor de cabeza si no se toman las precauciones del caso, pues luego de cancelarlo no hay marcha atrás, ni opción a reclamo, porque incluso, en el acta de transferencia el notario certifica que los contratantes son inteligentes con capacidad legal, libertad, conocimiento y voluntad para realizar el Contrato de Compra-Venta anotando, además en una de las cláusulas que los vendedores declaran que el bien en transferencia se encuentra en buenas condiciones de conservación y funcionamiento y el comprador lo reconoce a entera satisfacción.
Sin embargo, la mayoría de personas que compran su primer carro orientados por la emoción, se olvidan de cosas elementales, como comprobar si la unidad de interés es de un solo propietario; ya pasó por varios propietarios o ha sido comprado para revenderlo.
Si es de primera mano o corresponde a un único propietario que lo adquirió “cero” kms. significa con altísima probabilidad que la unidad ha ingresado al taller durante la garantía, obviamente ocurren excepciones de propietarios a quienes no les importa la garantía y no realizan los servicios cuándo, ni donde corresponde, sin embargo, es posible validar con el reporte del libro de mantenimientos y los sellos de ingreso al taller.
Cuando el vehículo ha sido adquirido por un tercero, en la mayoría de los casos el nuevo propietario obvia los ingresos al taller del concesionario o representante de la marca, porque no está de acuerdo con pagar el costo de los mantenimientos que de por si son más caros que en los talleres multimarca o en talleres especializados, ya que los primeros usan repuestos originales con un ciclo de vida mayor que los alternativos a menos que tengan como proveedores a los primeros y por ser clientes habituales consigan descuentos mayores, ya sea por volumen o por frecuencia de compra o porque los importan directamente o los adquieran vía importadores o por otras razones que les permite ser más baratos.
En estos casos, puede ocurrir que el taller realice un control de servicios de cada cliente que ingresa para mantenimiento preventivo y es posible validar el kilometraje registrado como puede que no suceda esto siendo difícil comprobar qué se reemplazó y cuáles son los requerimientos actuales y futuros para saber en los que incurrirá el nuevo propietario, a menos que se demuestre con facturas canceladas los servicios efectuados; de esta forma se reduciría el riesgo del comprador.
La situación se complica si el auto es adquirido por un “revendedor”, quien tiene como propósito lucrar, pero no puede mostrar o certificar el kilometraje que marca el odómetro ya sea con el libro de servicios del propietario que se lo vendió o con las facturas o boletas si lo adquirió de un tercero, situación que cambia si este ofrece garantía por la unidad o permite una inspección completa o actúa en forma totalmente transparente sin incomodarse porque el comprador exija hacerlo como le corresponde para salvaguardar su inversión o compra.
La verificación de los servicios realizados a tiempo, la inspección minuciosa de un mecánico de confianza, concesionario de la marca, taller especialista o multimarca elimina el riesgo futuro de asumir fuertes gastos como reparar la unidad, cambiar el kit de embrague, reemplazar la caja de cambios, el sistema de la amortiguación y la suspensión, refaccionar el chasis, cambiar sensores defectuosos, bolsas de aire inservibles por haberse usado en colisiones, planchado y pintura por choques arreglados solo para vender o deshacerse de la unidad u otras de diferente índole.
Cosa que no ocurre si estos mantenimientos se llevan a cabo en forma rutinaria, cada vez que se requieran según lo establecido en el plan de mantenimientos del fabricante que es posible en la mayoría de los casos confirmar en el manual del propietario como corresponde a cualquier Carro Ok usado.
En estas condiciones los desembolsos no son muy costosos, pues por regla general, un usuario cuidadoso realiza los mantenimientos preventivos según lo establece el fabricante en base a la recomendación del dealer o representante de la marca y para el comprador éste es un buen síntoma para certificar que los kilometrajes son reales conforme aparecen en el odómetro, ayudan en la toma de decisiones permitiendo determinar las observaciones y recomendaciones de cambio o reemplazo de piezas en el servicio actual o en los siguientes dado el kilometraje, incluso si la unidad es de alta tecnología lo único que tendrá que esperar es que la computadora le avise del servicio correspondiente.
En este caso, será posible dependiendo de sus “posibilidades económicas” continuar el régimen de mantenimiento dentro de la red o hacerlo en un taller de confianza.
Cuando no es posible certificar el kilometraje porque no hay un cuaderno de servicios que permita hacerle el seguimiento al no ser factible detectar si el kilometraje real es el que se visualiza, porque el odómetro se averió, dejó de funcionar o por que robaron la computadora del carro y al ser reemplazado, esta puede haberse adquirido de otro vehículo de similares características de cilindrada, motor y configuración y si es nueva el kilometraje empieza a contar desde “cero”.
Al no tener un histórico de servicios realizados y no saber que le corresponde hacer, de preferencia es necesario por previsión y seguridad examinar y cambiar los fluidos pues es posible que el aceite de motor no tenga la consistencia o viscosidad necesaria que permita proteger y lubricar correctamente, debiendo inspeccionarse también el de caja para reemplazarlo evitando deteriorarla o esforzarla, igual se debe hacer con el de la dirección si es hidráulico el vehículo.
Obligatorio e indispensable se torna identificar el nivel y estado del líquido de frenos ya que si se encuentra debajo del nivel permitido tal vez por uso o porque haya alguna fuga no detectada en las cañerías se genera una alta probabilidad de que el carro no frene sobre todo si las pastillas o las zapatas no tienen el nivel correcto que permita ejercer su función o porque habiéndose reemplazado los discos ya excedieron el rango permitido para actuar en conjunto con el sistema e incluso porque los componentes de la bomba de frenos están averiados, no actúa adecuadamente o requiere ser cambiada.
Esta situación de incapacidad de frenado del vehículo se agrava más cuando los neumáticos llegaron al límite de desgaste, tienen anomalías o daño ocasionado por diferentes razones que impide pare al vehículo sobre todo en pistas mojadas, no permiten eliminar la inercia que genera la física dada la velocidad y el peso arrastrando la unidad hacia adelante haciendo que pierda estabilidad y girando en sentido inverso a la frenada o en círculo según la fuerza que se ejerza al presionar el pedal sobre todo si los frenos son convencionales o no equipan abs o EBD
Muchas veces no se toma en cuenta el cambio del refrigerante que puede afectar al motor si este se encuentra debajo del límite permitido y lleva a recalentarlo.
Una revisión al detalle puede llevar a invertir solo en cambios de fluidos, bujías, limpieza de inyectores o afinamiento completo.
Un cambio de aceite de motor a tiempo, protege, lubrica adecuadamente y extiende su vida útil, igual que el de la caja, el líquido de frenos e incluso el filtro de aire, el de aceite, de gasolina mejoran el performance del vehículo, determinan ahorro en combustible y conserva mejor las partes internas del motor.
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
Carros Ok
Autoridad en usados!