Las generaciones de jóvenes norteamericanos respecto a calidad consideran que lo que hay dentro de un vehículo es más importante que lo que está afuera, revirtiendo de esta forma la tendencia marcada por sus padres al favorecer vehículos fabricados en el extranjero.
El sondeo realizado por Ford muestra que el 72 por ciento no siente lealtad hacia las marcas de automóviles preferidas por sus padres en base a un abrumador 91 por ciento de confianza en la calidad de los productos estadounidenses a ser igual o mejor que los productos fabricados en otros lugares, con un 74 por ciento de los miembros de jóvenes que van incluso más lejos al plantear lo importante que resulta comprar productos hechos en Estados Unidos.
Las descendencias jóvenes ocupan un alto porcentaje donde el 45 por ciento de encuestados consideran que los carros americanos son mejores, 33 por ciento cree más en los europeos, mientras que sólo un 22 por ciento prefiere vehículos asiáticos.
En cuanto a marcas específicas, el 43 por ciento de consumidores de las generaciones Z (adultos) e Y (jóvenes) ubican a Ford en la ubicación dos de entre las tres mejores marcas americanas que fabrican vehículos de alta calidad.
“La globalización y la evolución de los enfoques a la paternidad están provocando cambios significativos en las actitudes y comportamientos de los consumidores jóvenes”, dijo Sheryl Connelly, gerente de Ford en tendencias de consumo global y futuro. “No sólo son más conscientes de cómo y dónde se hacen los productos, sino que ayudan a sus padres a actuar con mayor propiedad sobre las decisiones de compra. Ambas tendencias están produciendo una generación más crítica de consumidores que piensa mucho más sobre el origen, calidad y rendimiento de los carros que manejan”.
Al evaluar la calidad de un auto, el 40 por ciento de las Generaciones de estos consumidores son propensos a tener en cuenta las opiniones de sus padres, mientras que un 38 por ciento se enfoca a comentarios en línea y el 27 por ciento en informes de consumidores sobre ranking de calidad. De los encuestados, el 65 por ciento toma en cuenta cómo se siente al conducir un carro y lo importante que significa el evaluar la calidad, mientras que un 54 por ciento cree que lo que se siente en el interior es importante y el 43 por ciento piensa que lo que ve es la clave.
Cuando estos jóvenes consumidores están dispuestos a comprar un vehículo o firmar un contrato de arrendamiento, las opiniones de sus padres como consideraciones prácticas pasan a un segundo plano. Los principales factores que influyen en las decisiones de compra de los compradores de automóviles del Milenio ‘son el costo, el consumo de gasolina, lo bien que pasa un carro las características de seguridad. Por el contrario, las recomendaciones de los padres ocupan el puesto Nº 9 entre los factores de toma de decisiones, lo que indica que, si bien los padres pueden guiar o informar el proceso de compra, los consumidores jóvenes están facultados para tomar la decisión final sobre qué auto que elijan.
Reforzando aún más la apreciación de esta generación de factores prácticos, de los encuestados, el 79 por ciento dice que valoran la alta calidad sobre la buena apariencia.