Quien nació bajo el signo de la Cabra pertenece al arte. En la antigua China es “Yang”. Ocupa el octavo lugar en el orden de colocación astrológica china. Domina entre la una y las tres de la tarde, durante ese espacio de tiempo, todo está bajo su mando.
Su dirección, Sur y Sudoeste. Su mes, julio. Cáncer en la astrología occidental. Su elemento fijo, el Fuego. Su polaridad: Negativa o “Yin”. Su flor, el dedal de oro. Su color, el celeste. Su fragancia, la lavanda. Su árbol, el naranjo. Su sabor: picante. Su piedra, la perla. Su número de la fortuna, el nueve.
Su verbo: “Yo Dependo”. Cuenta la leyenda que su delicado espíritu percibió la importancia mística del llamado de Buda y, por eso, acudió rauda a la cita, quedando en octavo lugar, el número del infinito. Se dice que cuando nacen en un día lluvioso, su vida será más fácil y placentera.
El hombre Cabra
El hombre Cabra es el clásico personaje amable que se da tiempo para ayudar, opinar y auxiliar a su prójimo. No se mide si de solidaridad se trata. Sin embargo, espera retribución y agradecimiento por sus gentilezas.
Siendo tan servicial al Hombre Cabra le conviene poseer cualquier tipo de camioneta, principalmente aquellas espaciosas y con diversos accesorios mecánicos, por si tiene que auxiliar a alguna persona.
La mujer Cabra
Destaca por su creatividad y elegancia. Le fascina el mundo del arte y la cultura. Pero bajo su aparente delicadeza existe una fuerte determinación e inquebrantable voluntad. Curiosa y paradójica, es también íntegra, sentimental y sincera.
A la Mujer Cabra el vehículo que le conviene es un compacto con el cual pueda moverse con libertad por toda la ciudad.
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