Tesla aparca su sueño de vehículos eléctricos para el mercado masivo
Reuters informó hoy que Tesla ha archivado sus planes para desarrollar una línea de vehículos eléctricos que podría venderse por alrededor de 25.000 dólares y hacer con los vehículos eléctricos lo que el Modelo T de Henry Ford hizo con los vehículos de combustión hace más de un siglo.
En cambio, fuentes dijeron a Reuters que Elon Musk está redoblando su apuesta por la creación de una línea de taxis robot autónomos, una apuesta audaz dados los obstáculos tecnológicos, regulatorios y sociales que enfrenta la tecnología de vehículos automatizados.
Musk cambia periódicamente de rumbo estratégico, pero si esta decisión se mantiene, marcará un punto de inflexión en la competencia por definir el futuro de la industria mundial de vehículos eléctricos. Desechar el Modelo 2 también pone en duda la historia de hipercrecimiento que sustenta la capitalización de mercado de 544 mil millones de dólares de Tesla.
La retirada de Tesla dejaría el campo abierto para que el fabricante de automóviles chino BYD –y potencialmente otros fabricantes chinos de vehículos eléctricos– domine el mercado de vehículos eléctricos de consumo masivo en cualquier lugar donde los formuladores de políticas no levanten fuertes barreras arancelarias para mantenerlos fuera.
Pero es posible que las barreras arancelarias no mantengan a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos fuera de otros mercados por mucho tiempo, como lo demuestra la historia de los fabricantes de automóviles japoneses y, más tarde, de los surcoreanos.
Toyota, Honda y Hyundai enfrentaron presiones para frenar los envíos de vehículos desde sus mercados nacionales a Estados Unidos y Europa. Respondieron estableciendo la fabricación dentro de esos mercados y aún pudieron fabricar vehículos a un costo menor que sus rivales tradicionales, aprovechando la tecnología y las cadenas de suministro arraigadas en sus operaciones locales.
BYD, Chery y otras empresas chinas están siguiendo un rumbo similar. Están incursionando en el sudeste asiático y estableciendo puntos de apoyo manufactureros en Europa. BYD está explorando México para una operación de ensamblaje dentro de la zona de libre comercio de América del Norte.
Existe una oposición política bipartidista en Estados Unidos a abrir las puertas a los fabricantes de automóviles y fabricantes de baterías chinos. Las empresas chinas podrían intentar suavizar a los críticos con promesas de crear empleos en Estados Unidos y hacer que los vehículos más limpios sean más asequibles.
Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos y de baterías están formando asociaciones con rivales occidentales, como la colaboración de Stellantis con Leapmotor y la alianza de baterías del gigante de las baterías CATL con Ford. Esta estrategia funcionó para Toyota, que a principios de la década de 1980 allanó el camino para sus fábricas estadounidenses al crear una empresa conjunta con GM.
Esa planta en Fremont, California, es ahora una planta de ensamblaje para Tesla.