Las tripulaciones que compiten en The Ocean Race Europe han pasado una segunda noche marcada por la inquietud en busca del viento que les ayude en la tercera y última etapa de la regata desde Alicante hasta Génova (Italia).
Repartidos en dos clases, con siete monotipos VO65 y cinco IMOCA 60 con cierto margen en su diseño, las tripulaciones, que representan a nueve países, protagonizaron el pasado domingo por la tarde una rápida salida de Alicante con vientos de 15 nudos y un cielo despejado.
Desde que salieron de Alicante, ambas clases han tenido constantes acelerones y paradas debido a los vientos irregulares y las grandes áreas de calma total que entorpecen la ruta hacia Génova.
La clase VO65 en bloque ha conseguido avanzar más rápido en estas primeras horas, después de haber pasado Mallorca y Menorca y haber entrado en un agradable viento del norte que llega al Mediterráneo desde el interior de Francia.
En las últimas 24 horas, los líderes, el Sailing Team Poland, patroneado por Bouwe Bekking (NED) con el noruego Aksel Magdhal como navegante y el canario Simbad Quiroga en sus filas, y el Mirpuri Foundation Racing Team liderado por Yoann Richomme (FRA) con su compatriota francés Nico Lunven en la navegación y Willy Altadill como jefe de guardia, se han beneficiado de ser los primeros en alcanzar el nuevo viento y han ampliado considerablemente la brecha entre ellos y el grupo perseguidor.
Mientras tanto, el Team Childhood-I, con bandera holandesa, patroneado por Simeon Tienpont (NED), respiró con alivio tras una complicada decisión. La tripulación lo había apostado todo por el norte de las Islas Baleares, y no cesaba de luchar por encontrar algo de viento a lo largo de la costa noroeste de Mallorca.
“Estamos a mitad de la etapa y hemos visto una gran división en la flota”, dijo Lars van Stekelenborg desde la proa del Team Childhood. “Éramos el único barco que pasaba por encima de Mallorca; en estos momentos Polonia y Mirpuri están un poco por delante de nosotros y a sotavento. No podemos verlos. El otro paquete está a unos 90 grados y a unas 10 millas de nosotros, por lo que tampoco podemos verlos. Todos navegamos hacia el este y volvemos a entrar en una zona complicada, tendremos que ver qué sucede cuando lleguemos allí”.
En la clase IMOCA 60, la ruta norte elegida por el Offshore Team Germany de Robert Stanjek ha seguido dándole enormes beneficios.
“Nunca planeamos separarnos de los otros IMOCA”, dijo Stanjek. “Pero todas nuestras rutas meteorológicas nos mandaban al norte de las Baleares. Así que para nosotros era obvio que nos iríamos hacia la costa y encontramos un carril que nos alejó brutalmente de la flota. En unas pocas horas la separación fue muy grande… Nunca fue nuestro plan separarnos, pero se abrió una oportunidad y la aprovechamos. Y ahora son como dos regatas diferentes. Cuatro de los IMOCA están al sur y están navegando su regata y nosotros tenemos que navegar la nuestra”.