Con el ingreso hace poco de Ford y Chevrolet al mercado peruano para reemplazar a Manasa y Derco Perú respectivamente, quienes estuvieron a cargo de la representación de las marcas anotadas, la tendencia del mercado automotriz sería buscar una mayor horizontalidad y un cambio en la política comercial obligando a los representantes de ellas a mantener precios bajos para seguir penetrando y cubrir las cuotas de ventas asignadas en la región.
Tendencia que permitiría, los usuarios se beneficien con mejores precios finales pues al reducirse el margen del canal comercial las marcas buscarían trasladar ese diferencial para brindar mejor atención o servicio post venta, talón de Aquiles de muchos de los importadores, representantes y concesionarios de las marcas las que no al haber esperado un rápido crecimiento del sector no se prepararon adecuadamente tanto en infraestructura como en generar mayor pro actividad en su personal pues al recibir una mayor cantidad de vehículos en sus talleres continúan originando malestar e incomodidad casi generalizada que no se correlaciona con la calidad ofrecida y los precios cobrados .
«Jalón de orejas» por decirlo en términos escolares pues quienes no mejoren estarían expuestos a perder la representatividad y la consecuente anulación o eliminación de utilidades esperadas, salida del mercado, disminución del valor de sus activos, menor posición en el mercado bursátil y reducción del valor accionariado.
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
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