Seis generaciones, seis diseñadores diferentes, un nombre tan evidente como su propia carrocería. El Quattroporte, o cuatro puertas, ha sido desde su concepción el resultado de un espíritu deportivo perfectamente combinado con el estilo de la moda italiana.
Y, aunque Italia pueda estar en crisis, en Maserati no han escatimado en lujo, tecnología y tamaño para su nuevo sedán de representación. Eso se puede ver no solo en la lista de precios, que lo coloca por encima de las variantes más costosas de Audi, BMW y Mercedes-Benz, marcas a quienes apunta directamente, sino que además ha crecido en tamaño hasta alcanzar los 5,26 metros de largo, a la par de las versiones de carrocería larga de los A8, Serie 7 y Clase S, respuesta a una demanda importante en el mercado chino y, lógicamente, al mercado estadounidense, que ha sido el más importante para la marca desde su reingreso en el 2002.
Lo bueno, si consideramos que de por sí ya pesa más de 1.900 kg, es que este crecimiento no ha venido acompañado de un peso proporcionalmente mayor. Todo lo contrario: el uso de aluminio en carrocería, chasis y suspensión hace que pierda 100 kg frente a su antecesor, y logra en el camino un balance perfecto en el reparto de masa en 50:50.