Los sistemas aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) son los protagonistas de la guerra moderna. Uno de cada tres aviones de combate de Estados Unidos son drones, y la potencia hegemónica planea, en los próximos diez años, aumentar su flota de naves dirigidas a distancia.
En nuestro país, esta tecnología ha sido explorada desde fines de la década de 1990, pero en 2008, luego de algunas experiencias truncas, un convenio entre el Ministerio de Defensa y el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) permitió la construcción de tres modelos de aviones no tripulados, con el asesoramiento argentino.
“Cualquiera puede comprar un UAV si tiene dinero, pero preferimos desarrollar nuestro propio sistema para reducir los costos de la dependencia tecnológica. Cuando falla algo en estos aparatos, no tenemos que estar pendientes de que el país proveedor nos envíe a sus especialistas o el repuesto necesario, porque ya los tenemos aquí”, afirma el director del Centro de Desarrollo de Proyectos (Cedep) de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), coronel Carlos Ocio.
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