En la contienda electoral peruana de la primera vuelta ninguno de los 18 aspirantes al sillón presidencial tomó en cuenta al sector automotriz como palanca para desarrollar el país, tampoco lo han hecho los dos candidatos que quedan en esta segunda lid electoral.
Asumo, que esta falta de visión ocurra por desconocimiento de las grandes potencialidades y capacidades que tiene la industria automotora como tal para integrarla en el país como política de estado que llevaría a industrializarnos rápidamente.
Si bien es cierto en Perú una de las grandes debilidades que se observa es la falta de mano de obra calificada y la robótica que requiere el ensamblaje y armado de vehículos, es posible integrarse dentro de la cadena de proveedores globales gracias a la diversidad de materias primas existentes para pasar de exportador neto de productos primarios a exportador de productos terminados que en el caso de la construcción vehicular las autopartes requeridas llegan en promedio a 10 mil por unidad automotriz.
Otro de los grandes problemas que ha devenido en la no industrialización peruana es el hecho que una gran mayoría de empresas exportadoras de minerales importa además de mano de obra calificada una gran cantidad de componentes y maquinaria que se usan para tales fines pues resulta más fácil importar que producir contribuyendo a sumar en el desequilibrio de la balanza comercial y un menor pago de impuestos al país.
Uno de los efectos perniciosos y nocivos que ha generado el Covid19 a nivel global llevará a orientar la inversión extranjera directa futura hacia el desarrollo de infraestructura en salud, telecomunicaciones, de redes y de digitalización llevando a que los precios internacionales de las materias primas caigan y que ha sido determinante para que países como Perú se afecten por los vaivenes de la caída de los precios internacionales de estos.
El acero que es la llave para la industria automotriz en suelo peruano solo se usa en la industria de la construcción y en infraestructura inmobiliaria sin tomar inclusive en cuenta el desarrollo del software en este segmento constructor altamente dinámico menos en el vehicular que es inexistente.
Las más de 1,254 toneladas de acero que se producen en Perú permitirían apalancar a la vez el sector metal mecánico que es fundamental sectorialmente tanto como el cobre donde somos segundos en producción mundial con más de 2,254 millones de toneladas producidas al 2020 y que serían la clave junto a sus aleaciones para impactar favorablemente en la construcción de vehículos eléctricos e híbridos reduciendo los efectos contaminantes que produce excesivamente el sector transportes.
El cobre como materia prima es fundamental para mejorar la eficiencia en la alimentación de los vehículos que usan inyección controlando así los requerimientos por menor consumo energético asi como por la autonomía como tecnología que se usa en este campo.
El caucho en el desarrollo de neumáticos, el litio para la fabricación de baterías en los nuevos vehículos y demás productos primarios llevadas a la industria automotriz permitirían un uso intensivo de ellos que a futuro se tornarían decisivos para modificar el estado de las cosas.
En la medida que Perú implemente políticas de estado que relacione la fabricación de un sin número de componentes vehiculares sin inclusive fabricar o armar vehículos y actuando solo como canal productor integrado en esta red, las posibilidades de crecimiento y desarrollo son enormes y se reinvertiría la tendencia a seguir actuando como exportadores netos de materias primas.
Gran desafío peruano que necesitará ser evaluado a profundidad para revisar que tan factible es iniciar un proceso de integración productiva iniciando por México, Brasil, Colombia o Argentina u otros en América Latina y El Caribe para revertir las condiciones actuales de minería y similares productos primarios.
Los espero en el siguiente post
Juan Távara Balladares
¡¡Autoridad automotriz!!