En Perú, las continuas rebajas y promociones de precios que el sector de vehículos nuevos realiza desde hace mucho tiempo, no lo han ayudado y declina ante el de usados que avanza a paso firme, aunque ambos el 2020 se hayan visto afectados por el efecto devastador del Covid19.
De acuerdo con los resultados del 2020 se verifica que el mercado de nuevos se atasca en 112, 181, cayendo más de 26% frente al del 2019, retroceso que no obedecería al efecto que la pandemia globalmente ocasiona, sino a otras variables que tienen que ver con el cambio en el comportamiento del consumidor que año tras año castiga al sector de nuevos por recibir una más que probable pésima atención, servicios post venta caros y modelos de vehículos con ineficiente configuración en seguridad.
La magnitud del costo del dinero para endeudarse y adquirir un vehículo nuevo no vendría a constituirse como la variable más importante en las decisiones de compra del consumidor automotriz, dado que quien necesita conseguir un ingreso para subsistir no considera prioritario el excesivo o abusivo interés que paga, sino que este prioriza lo que debe ganar a diario para vivir decentemente y pagar el préstamo aunque cuando concluya, el carro no le sirva para nada.
La depreciación o reducción en el valor final que obtienen los propietarios por sus unidades en el momento que los ponen a la venta sería la clave del atraso del sector de vehículos nuevos en Perú, quienes al percatarse que el hecho de haber mantenido el carro dentro de la red de la marca ayuda, pero no es determinante para conseguir un buen valor de mercado.
Cuando el propietario de un vehículo tiene que pagar un alto costo por los servicios de rutina que obedecen a cambios simples de filtros de aceite, de aire, o aceite del motor, que en la mayoría de los casos los talleres usan el mineral que ya no debe usarse y que cobran en exceso porque lleva el nombre de la marca o para algunos modelos sugieren el semisintético como si fuera el mejor dejando de lado el sintético que debiera recambiarse por ser el más eficiente y el recomendable para incrementar la vida útil del motor; peor si ocurre que el vehículo adquirido no tiene los repuestos, requiere importarlos o el costo de la renovación excede los presupuestos asignados para la “manutención vehicular” , se crea el escenario que lleva a migrar de marca.
Por lo tanto, si el comprador camina de una marca hacia otra, la primera se estanca, y si este proceso se retro alimenta continua y negativamente, se ingresa a un círculo vicioso, efectos que habrían llevado al estado actual en el que las automotrices buscan arrebatar a tal o cual cliente perdiéndose la ansiada fidelidad de marca.
La pésima posición que tienen algunas marcas en la percepción del consumidor, el costo de reponer las autopartes, la vida útil pobre de algunos componentes , la excesiva depreciación incluso desde el momento que sale del salón del exhibición del dealer, asi como la determinación de reducir el financiamiento vehicular, el tiempo de permanencia en poder de las personas, la exoneración del pago del impuesto trimestral que paga un vehículo nuevo, entre otras causas habrían condicionado a los compradores a optar por comprar vehículos seminuevos y usados en buenas condiciones con lo cual se habría creado un mercado de seminuevo y usados configurado para seguir creciendo.
Los espero en el siguiente post
Juan Távara Balladares
www.carrosok.com
¡¡Autoridad en usados!!