
Cuando se habla de autos con bajo consumo de combustible, la primera idea que viene a la mente es que deben ser vehículos pequeños. Sin embargo, el tamaño del auto no es el único factor determinante. La eficiencia en el consumo depende de diversos aspectos técnicos, como el tipo de alimentación del motor, el sistema de inyección, la tecnología aplicada, la relación peso-potencia y hasta el tipo de bujías utilizadas.
Muchas personas creen que un motor de baja cilindrada, como un 1.200, 1.300 o 1.600 cc, consumirá menos combustible que un motor de 2.0 litros. Sin embargo, no siempre es así. El sistema de alimentación es clave, los autos con sistema de inyección son más eficientes que aquellos con carburador, incluso si tienen motores pequeños.
Un claro ejemplo son los modelos antiguos de la década de 1990 como el Toyota Starlet o el Nissan March con motores carburados, que resultan menos eficientes que sus modelos modernos con inyección electrónica. Marcas como Honda, con su sistema VTEC, o Toyota, con el VVTI, han optimizado la eficiencia del consumo de combustible mediante tecnologías de válvulas variables.
Otro factor para considerar es la relación peso potencia. Vehículos más pesados requieren más energía para moverse, aumentando el consumo de combustible. Por ejemplo, una Nissan Pickup del año 1991 con motor 1.6 es más tragona que un Mazda 3 con motor 2.0 litros y tecnología Skyactiv, que mejora la eficiencia del motor y reduce el peso del vehículo para optimizar el consumo de gasolina.
Autos con encendido Start-Stop también ayudan a ahorrar combustible, ya que el motor se apaga automáticamente en semáforos o momentos de inactividad. Además, la incorporación de cajas automáticas con mayor número de velocidades (hasta nueve en algunos modelos actuales) permite un mejor aprovechamiento del combustible al mantener las revoluciones del motor en un rango óptimo.
El tipo de bujías también juega un papel importante en el consumo de combustible. Las bujías de platino o iridium generan una chispa más eficiente y duradera, optimizando la combustión y reduciendo el gasto innecesario de gasolina.
Asimismo, los aros de aleación y materiales más ligeros como la fibra de carbono contribuyen a reducir el peso total del vehículo y, por ende, mejorar la eficiencia del combustible. Marcas como BMW han implementado estos materiales en modelos como la X5 con su sistema X-Drive, optimizando el rendimiento en carretera.
Carros Ok ha realizado un análisis de comparación de consumo, para ilustrar las diferencias en eficiencia de algunos modelos disponibles en el mercado:
Mazda 3 (2015, motor 2.0L, tecnología Skyactiv): Aproximadamente 30 km por galón.
Nissan Pickup (1991, motor 1.6L, carburador): 25-28 km por galón.
Ford Escort (1998, motor 1.6L, inyección antigua): Similar consumo al Nissan Pickup.
Toyota 86 (2015, motor 2.0L, tecnología avanzada, peso ligero): Consumo optimizado gracias a su relación peso-potencia.
Jeep Grand Cherokee Laredo (2005, motor 3.7L, caja automática 5 cambios): 18-25 km por galón dependiendo de la forma de conducción
Hyundai Santa Fe (2011, motor 2.4L, carrocería pesada): 25-30 km por galón.
En todos los modelos evaluados y en todos el general el consumo se incrementa al usar de manera continua el aire acondicionado, por el peso del equipaje, por la cantidad de personas que viajan, por la dispar presión de aire de los neumáticos y por algunas razones más más como no haber realizado mantenimientos preventivos al sistema de inyección.
Si estás buscando un auto que consuma menos combustible, te recomendamos evaluar más allá de la cilindrada. Revisa la inyección, el peso y la tecnología del motor para tomar la mejor decisión.
¿Qué carros son menos tragones?