La importancia de la industria automotriz es tal que se convertiría en la llave del progreso económico en aquellos países que aún no fabrican vehículos de manera que debiera incluirse dentro de sus políticas de estado para alcanzar el desarrollo que les corresponde y no han logrado como nación llevando a que un ciudadano mejore en ingresos que caminan a la par con las desordenadas políticas y crecimiento económico no inclusivo más no de desarrollo humano.
Aun cuando globalmente la manufactura automotriz retrocedió en -8 % al finalizar el 2022 con 85 millones 16 728 vehículos fabricados, respecto a los 92 millones 120 732 del 2019, el impacto en ingresos fiscales tanto para el país fabricante como para el que solo lo comercializa es impresionante.
En Perú, pese a que la venta de vehículos livianos y pesados nuevos se ubica muy por debajo de otros países de la región como México, Brasil, Argentina, Colombia, Chile y solo algo superior a Ecuador y otros, al cerrar el 2022 al aproximarse a 178,000, y el de usados y seminuevos haya golpeado durísimo al de nuevos logrando un crecimiento exponencial superior a las 668,000 unidades; representan cuantiosos ingresos fiscales no solo por el lado del IGV, renta, ad valoren, sino por los que corresponden al patrimonio vehicular y demás tributos.
Por otro lado, el hecho que la industria automotriz encadene a diferentes sectores productivos económicos primarios, secundarios y terciarios como los mineros en el primer caso, fabril en el segundo, comercio y servicios en el tercero, adquiere un nivel de supremacía geopolítica al punto que si fuera considerada como un país sería la sexta economía del mundo no solo por el volumen de transacciones comerciales y financieras que se concretan tras ella sino porque genera en promedio el 5% de toda la manufactura mundial.
La trascendencia del sector es tal que se ha convertido en el motor del desarrollo de los países que la han incorporado por su enorme contribución al PBI y por el elevado nivel de competitividad que crea dada su alta capacidad de respuesta frente a los cambios que enfrenta el mundo inyectando investigación y desarrollo permanente en todos sus procesos productivos permitiéndole construir vehículos autónomos usando inteligencia artificial habiendo iniciado desde vehículos que 3200 años a.c. surgieron con ruedas planas y sólidas con un orifico en el medio usados en medios de transporte tirados por caballos.
Ruedas de madera iniciales que siendo pesadas los desplazamientos eran a bajas velocidades, reemplazadas luego por otras más livianas con rayos alrededor de estas en la época egipcia, años 2000 a.c. a las que los guerreros celtas adicionaron aros de hierro a sus vehículos para hacerlos más resistentes.
Permanecieron estas hasta 1802 al inventarse su sucesora con rayos metálicos que actualmente usan las bicicletas a las que se les incluyó una capa de caucho para evitar que se dañen dando origen a lo que conocemos como neumáticos, gomas en Argentina, llantas en Perú y diferentes lugares de Latinoamérica y El Caribe.
El caucho usado en los neumáticos se ablandaba en el calor y se endurecía en el frío, llevando a que en 1839 Charles Goodyear lo vulcanizara para usarlo en las llantas.
Esta innovación cambió la vida económica y social de la Amazonía de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela al surgir la fiebre del caucho (1879 a 1912 y 1942 a 1945) y una desmedida extracción del látex para usarlos en la naciente industria de llantas.
Por su lado, el acero usado en los vehículos es la materia prima esencial para el desarrollo de la carrocería, chasis, transmisión, suspensión, para fabricar amortiguadores y resortes, en los tubos de escape, en los aros, en el motor, soportes y demás componentes.
El acero se obtiene vía aleación del hierro que en Perú lo tenemos en varias minas concesionadas tanto como el cobre, que mejor trasmite la electricidad y es fundamental para los vehículos eléctricos llevando a que su demanda siga creciendo de 500 000 toneladas en el 2020 a una esperada para el 2025 de 1.5 millones y de 3.3 millones para el 2030, el litio y otros minerales siguen similar camino que el cobre donde Perú es segundo exportador global.
Razones suficientes para integrarnos en el sector automotriz que mejorará el per cápita, el precario empleo y el bajo nivel productivo actual.
Juan Távara Balladares
CEO y fundador
www.carrosok.com
Autoridad automotriz