El impacto que la industria automotor genera en la producción va más allá de lo que los vehículos representan como medio de transporte ya que usualmente quienes por falta de recursos económicos sumados al desconocimiento de componentes de vanguardia que desarrolla globalmente el sector no les queda más alternativa que adquirir aquellos carros que cumplen la función primaria de llevar personas optando por modelos básicos, deficientes en seguridad activa y pasiva viéndose casi siempre expuestos a perder la vida frente a eventos funestos por el simple hecho de adquirir versiones de entrada con tecnologías obsoletas que datan del siglo XX pero que siguen vigentes en países como Perú y prácticamente en toda América Latina, El Caribe y países pobres.
Por su lado, los usuarios que disponen de ingresos discrecionales más altos pueden elegir unidades configuradas con funcionalidades únicas como conducción autónoma para que mediante una orden los trasladen hacia donde vía voz se les piden realizar llevando a que el GPS se anticipe a la búsqueda de estacionamiento antes de llegar a su destino sin intervención del piloto.
La inteligencia artificial (IA) como parte del proceso innovador productivo que impregna el sector automotor continuará siendo determinante y jugará un rol de suprema importancia en la construcción de vehículos a los que se les unirá la 5.0 como parte del proceso de cambios que genera la revolución industrial que unirá a los humanos con los robots para no solo incrementar productividad y rentabilidad o reducir costos sino mejorar las condiciones laborales.
El internet de las cosas (IOT), la robótica, la IA, las tecnologías digitales como partes de la revolución 4.0 usadas en el sector automotor han permitido fabricar vehículos que frenan intempestivamente ante una emergencia o cambian de dirección cuando detectan que algún impudente peatón invadió la vía o los sensores de punto ciego instalados en los espejos laterales ven un vehículo inadvertido por el ojo humano evitan choques y accidentes fatales o cuando por una distracción el conductor cambia de carril este recibe asistencia por sensores haciendo vibrar el volante, el asiento o generando avisos sonoros y luminosos.
Este es el contexto por el que sea cual fuera la posición financiera del comprador automotriz, todos quedamos deslumbrados, embobados, embelesados y/o flechados por tal o cual modelo equipado con tecnologías de última generación, potente motor que ruge desde que le damos encendido casi exigiéndonos que le imprimamos la mayor aceleración y velocidad para sacarle todo el torque y la potencia con los que se fabricaron.
La repercusión geopolítica en las economías de los países que han adoptado dentro de sus políticas de estado al sector automotriz ha sido determinante para incrementar productividad, ingresos fiscales, empleo, mejora de la técnica y el cambio hacia vehículos híbridos o eléctricos amigables con el medio ambiente, más económicos en consumo de combustible y pequeños en espacio.
Los espero en el siguiente artículo
Juan Távara Balladares
CEO y fundador
Autoridad automotriz