Innumerables veces he planteado que la única forma para que las marcas incrementen la lealtad que a la vez incrementará la base de sus clientes ocurrirá cuando entreguen un alto nivel de satisfacción que en el caso del sector automotriz irá de la mano con un excelente nivel protector, configuración óptima en equipamiento, aceptable economía de combustible, inmejorables servicios post venta y precios finales por debajo de la competencia.
Este es el escenario que la norteamericana General Motors (GM) habría gestado para retomar el liderazgo que obtuvo en el siglo XX, al implementar su estrategia de largo plazo para vía su plataforma “GEM” ((Global Emerging markets= Mercados Emergentes globales) atenderlos masivamente, situación que anteriormente le habría resultado muy difícil conseguir por no haber consolidado una estructura de bajos costos.
GEM, es una plataforma orientada a desarrollar desde China y Brasil e incluso México, vehículos compactos, SUVs, Pick ups y multipropósitos dotados con mejor tecnología, más seguros, potentes, eficientes en consumo de combustible y a la vez diferenciados por precios más competitivos.
Para llegar a este nivel de pericia y reducción de costos fabriles, GM, se habría planteado apoyarse en SAIC Motors uno de los más importantes fabricantes chinos, razón por la cual en asociación con esta automotriz asiática nació en 1997 el Joint Venture GM-SAIC con una inversión del 50% por cada lado.
Este proceso reestructurador avanzó al intensificarse la crisis americana en el 2009, que la llevó a vender marcas que financieramente no eran convenientes lo que le habría permitido hacer caja para tener la suficiente fortaleza que le permitiera enfocarse desde el 2019 en esta nueva estrategia competitiva y continuarla hasta el 2030.
La plataforma GEM surgió con la creación de Pan Asia Technical Automotive Center (PATAC) con una inversión de 5 billones de dólares norteamericanos buscando sustituir vehículos como Sonic, Aveo, Clasic Sail inclusive el Ónix de primera generación que apareció en Brasil el 2012.
La gran mayoría de estas unidades se produjeron equipadas con apenas una y como máximo dos bolsas de aire, muy pocos de ellas contaron con frenos ABS mucho menos con sistema para distribuir la fuerza de la frenada (EBD), igual con pocos sistemas de seguridad pasiva y activa como ocurre con unidades multipropósito y de uso comercial tipo van entre ellas las N200 y N300 que a Perú llegaron con SAIC-GM-Wuling Automóvil, alianza creada entre SAIC Motors-GM y la china Liuzhou Wuling Motors Co Ltd.
Al develarse el Ónix de segunda generación, en versiones sedán y hatchback estas surgieron equipadas con seis bolsas de aire, ABS, EBD, asistentes para subir pendientes y para estacionar, sensores de retroceso y una serie más de dispositivos de alta seguridad, confort y tecnología, con motores de tres cilindros, envidiable potencia y torque gracias al turbo que incorpora uno de los modelos los que dentro de su categoría presentan precios muy alcanzables y a la medida de cualquier presupuesto.
Tanto el Prisma como las dos versiones de Ónix han alcanzado buenos niveles de aceptación global en los mercados emergentes hacia donde se dirigen y así como estos hay entre otros un sedán más, una SUV, una Crossover, una familiar rural y dos mono volúmenes de 5 y 7 asientos que la automotriz estadounidense continuará desarrollando a bajo costo para seguir avanzando y recuperar lo que sus congéneres automotores no lograron permitiendo que mucho tiempo atrás la industria nipona y asiática se impusiera a todo lo logrado por el cambio que dio el sector con su compatriota Ford en el mercado no sólo norteamericano sino global .
En este contexto podrá GM: ¿Retomar el liderazgo global con su estrategia de bajo costo?