Años atrás cuando sólo competían tres marcas en el mercado automotriz peruano, era usual recibir de parte de estas, dos años de garantía o 50 y hasta 60 mil kms. y/o lo primero que ocurriese.
Al ampliarse el espectro competitivo, al migrar de dos a tres e incluso cinco años, con hasta 150 mil kms. de garantía, en algunos casos, las marcas consiguieron dos efectos:
Primero, mejorar la percepción del usuario, consumidor o comprador, respecto a calidad ofrecida, y segundo; que al mantenerlo dentro de la red de concesionarios “prácticamente obligado” la empresa asegura el ingreso al taller cada vez que el vehículo requiere realizar los servicios según el plan de mantenimientos de rutina establecidos.
En estas circunstancias lo que la marca ha conseguido es asegurarse un flujo continuo de ingreso al taller, renovación de inventarios en repuestos y otros relacionados, un nivel de liquidez más dinámico y obviamente un incremento en la rentabilidad, penalizando incluso, con la pérdida de la garantía ofrecida a aquellos usuarios que realicen los servicios fuera de la red.
Frente a esta posición, es válido preguntar: ¿Hasta qué punto es rentable para el usuario mantener el vehículo dentro de la red de la marca y realizar los mantenimientos durante el tiempo de vigencia de esta garantía?
Teóricamente, se podría asumir que en estas condiciones, estos servicios ayudarían a obtener un alto valor de rescate o mayor al de la media de cualquier vehículo usado al vender. Sin embargo, en la práctica muchas veces por un lado, según la posición competitiva de la marca y el modelo en el mercado y por otro lado, de acuerdo al estado de conservación de la unidad usada puesta a la venta esta no conseguiría el valor final esperado por el propietario.
Por lo tanto, no se justificarían realizar servicios dentro de la red; específicamente, de aquellos básicos como cambiar filtros y aceites, que se podrían llevar a cabo cuando corresponden en cualquier servicentro usando los mismos insumos a precios muy por debajo de los que acostumbran cobrar los concesionarios o representantes de las marcas, debiendo más bien estas asesorar al usuario en el tipo de materiales a usar o realizar aquellos más complicados y no concentrarse en solo mejorar estadísticas de ventas, cambiando, sustituyendo y/o reemplazando piezas o repuestos muchas de las veces aún sin necesitarlos.
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
Carros Ok
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