Cuando compramos un vehículo nuevo, nuestro siguiente paso debe enfocarse en los servicios que este requerirá a futuro, tales como la periodicidad de cambios de aceites de motor que dependerán básicamente del tipo de lubricante que se decida usar desde el inicio.
Casi siempre es usual que llevemos la unidad al servicio cada cinco mil kms., como tiempo estándar e incluso predeterminado por la gran mayoría de concesionarios y representantes de las marcas, sin embargo, esa frecuencia de ingreso al taller podríamos variarla desde la primera vez que el vehículo requiera cambio optando por usar aceite sintético en lugar del mineral con lo cual ganamos doblemente
1° Porque automáticamente, al usar sintético el concesionario se verá obligado a recibir la unidad cada siete mil 500 y/o 10 mil y no a los cinco mil kms., planteados por este incluso desde que recibimos el libro de servicios. En consecuencia, eso implica menores desembolsos por costos en mantenimientos regulares, y
2° Porque el aceite sintético tiene la particularidad de mejorar la lubricación, protege de manera más eficiente el motor que cualquier otro aceite mineral, incrementa el rendimiento en combustible y es menos contaminante.
Su condición protectora se genera desde el momento en que se arranca el motor porque su acción es inmediata y más estable en condiciones de mayores temperaturas y al ser menos espesos pero más viscosos, los motores alcanzan un nivel de mayor eficiencia consumiendo menos mientras que a los minerales les toma algo de tiempo en reaccionar para circular internamente ocasionando ligeras fricciones internas que sumadas en el tiempo llevan a un envejecimiento prematuro y desgaste interno de piezas, siendo más espesos alcanzan eficiencia relativa en mayor tiempo y obligan a consumir más combustible.
Prolongar la vida útil del motor, ahorrar en consumo de combustible, gastar en menos ingresos al taller y aportar para conservar mejor el medio ambiente estarían en función de optar por cambiar de mineral a sintético, justificándose cualquier diferencial de precio entre uno y otro.
Hasta la próxima
Juan Távara Balladares
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