¿De qué año me compro el carro?

En el mercado automotriz, adquirir un vehículo es una decisión que requiere una cuidadosa evaluación financiera y de mantenimiento y sobre todo el año de fabricación porque casi siempre aún no está claramente definido esto ya que se opta por determinado color, modelo y marca menos por la antigüedad que resulta crucial.

Los fabricantes han ampliado las garantías de los autos nuevos, ofreciendo períodos que van hasta los cinco años. Sin embargo, esta extensión viene acompañada de condiciones específicas que pueden influir significativamente en el presupuesto del propietario.

Un auto nuevo ofrece la tranquilidad de contar con una garantía de fábrica, pero esto obliga al propietario a realizar los servicios técnicos en talleres autorizados. Estos servicios pueden variar dependiendo del fabricante, con revisión cada 5.000, 7.500 o 10.000 kilómetros. Además del costo del mantenimiento preventivo regularmente más alto en estos talleres comparado con talleres multimarca no autorizados.

A esto se suma el costo anual del seguro vehicular para un auto valorado entre $10.000 y $15.000 dólares, que oscila entre $600 y $800 dólares anuales. Los pagos mensuales por créditos automotrices también representan una carga económica significativa si no se cuenta con un respaldo financiero sólido.

La depreciación es otro factor crucial al considerar la compra de un auto nuevo. Desde el momento en que sale del concesionario, el vehículo pierde valor inmediatamente. Esta pérdida puede variar según la marca y modelo.

Para quienes buscan evitar este inconveniente inicial sin comprometer la calidad del vehículo, comprar un auto seminuevo puede ser más beneficioso. Estos modelos suelen tener uno o dos años de uso o menos de 30.000 kilómetros recorridos y pueden ofrecer ahorros significativos sin renunciar a ciertos beneficios como mantener parte o toda la garantía original vigente.

Además, muchos autos seminuevos están disponibles para su entrega casi inmediata tras la compra, una ventaja sobre los modelos nuevos, lo cual es ideal para aquellos que necesitan urgentemente disponer de un vehículo.

Para compradores interesados ​​en autos más antiguos (con más kilometraje), evaluar cuidadosamente el estado general del vehículo es fundamental ya que reparaciones costosas podrían superar cualquier ahorro inicial obtenido al comprar por menos dinero.

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